Dejamos atrás la amable y bien defendida ciudad ribereña de Badajoz y nos dirigimos a un pueblo con vocación internacional como lo es aquí el río, Olivenza, sorprendente, cuidada, acogedora, con el corazón dividido entre las dos orillas, la española y la portuguesa
El descenso integral del río Guadiana en proto-embarcaciones de fibras vegetales Abril-mayo de 2016
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Simon y Garfunkel: Puente sobre aguas turbulentas
OLIVENZA, El Guadiana internacional
Aguas abajo de Badajoz y de sus exóticos nenúfares, el Guadiana, tras el Azud de la Granadilla, es de nuevo retenido en la Charca de los Pollos, ya poco le queda de ser exclusivamente español para convertirse en un río compartido con nuestros vecinos portugueses en cuanto se le une el río Caia que viene haciendo de frontera antes de pasarle esa función al Guadiana. Todas las especies de garzas parece que crían aquí pues los árboles se cubren de blanco por la cantidad de garcetas y garcillas y salen de entre los carrizos reales e imperiales que andan pescando al acecho.
Olivenza, la ciudad fortificada, nos recibió con intensas lluvias
Llegada a Olivenza con los barcos a remolque.
Se despide el río de canteras y hormigoneras que tantas heridas le ha abierto y sigue atravesando los huertos y frutales en los que se ha transformado su agua hasta las puertas de las dehesas de Olivenza, que sobreviven, no sabemos por cuanto tiempo, al olivar super intensivo. Un pueblo que no aparecía en nuestro itinerario, ni en nuestras pancartas al no ser ribereño; un error, pues encontramos en él mil historias de las dos orillas, de relaciones, comerciales y amorosas, de encuentros y desencuentros, de trabajo e ilusiones.
Las viejas azudas de los molinos son barreras para nuestros barcos El Guadiana internacional desde la orilla portuguesa
Los primitivos azudes de los molinos harineros se suceden aprovechando los espigones rocosos que afloran ocasionando pequeños desniveles en donde se agita el agua; Molinho da Cascadeira, da Safra, otros de nombre desconocido para nosotros, todos rotundos, fuertes de piedra que sortean el agua por caños y vericuetos en un diálogo de rumores acuáticos, ahora sin testigos, llenos de misterios grabados en sus piedras en forma de juegos de estrategia, alquerques, de origen oriental, antecesores de las populares damas, en las losas junto a las puertas, buscando luz en una construcción sin ventanas. Cuántas partidas se habrán jugado en ellos esperando la molienda. En las bóvedas de sus techos juegan hoy las golondrinas dáuricas a construir las fantásticas estructuras de barro de sus nidos.
Puente Ayuda, una historia de encuentros y desencuentros hoy superados
Las orillas rocosas del Guadiana en Puente Ayuda
Y al fin, el famoso Puente Ayuda, todo un símbolo, una ruina para la memoria de los pueblos que se necesitan y que se temen. Destruir un puente es una estrategia bélica habitual para romper un lazo, un intento de desunión, pero el tiempo ha caminado en sentido contrario, Elvas y Olivenza son hermanas y la española presume de ser nieta de Portugal.
Recorriendo a pie la orilla portuguesa en busca de un embarcadero accesible
Moinho da Safra
Quisimos navegarlo pero la intensa lluvia convirtió los caminos de sirga en intransitables para nuestro vehículo de transporte y las rocas, perpendiculares al cauce, afloran para presumir de dureza y antigüedad, defendiendo el acceso al río de nuestras barcazas.
El Molino sin nombre de Puente Ayuda
Alquerque de 12, un juego medieval venido de oriente en el suelo de un molino próximo a P. Ayuda
Piedras de utilidad desconocida para nosotros, usadas en la estructura de los molinos de Ajuda
Esperando la mejoría del tiempo, usando el Albergue municipal como refugio y apoyo a la expedición, un descubrimiento inesperado en el Museo Etnográfico, rico en contenidos y bien organizado. En mitad de una gran sala, en perfecto estado, imponente, única, arropada con artes de pesca, la barca que tanto echamos de menos desde Don Benito hasta aquí, una pieza clave en la tipología de barcos del Guadiana que queríamos documentar en la expedición, uno de los objetivos etnográficos más enriquecedores por lo que representan de los medios de vida del río.
Un barco del Guadiana de diseño único en el Museo de Olivenza
Quedamos admirados por su diseño tan especial, ancha, de fondo plano hexagonal, de costados muy inclinados, con largos y potentes remos, preparada para la pesca pero también para el transporte, un barco fluvial espectacular adaptado a las corrientes rápidas, a la altura del gran rio en que se convierte el Guadiana cuando toma su rumbo definitivo al sur y a la que José A. Valverde denomina en sus memorias picocha y que relaciona con las embarcaciones íberas que cita Estrabón.
La picocha, una barca con antecedentes íberos
Le contamos al pueblo nuestra aventura y sus pretensiones en agradecimiento a todo lo que nos ofreció y enseñó, pues su Ayuntamiento fue sensible a nuestro esfuerzo y aquí queremos dejar constancia de ello.
Un modelo de convivencia internacional
No la teníamos en los mapas, pero no la olvidaremos nunca, orgullosa de su doble nacionalidad, demostrando que las personas están por encima de las fronteras.