La Semana Europea de la Movilidad (SEM) se celebra cada año entre el 16 y el 22 de septiembre ofrece a las ciudades una oportunidad para probar las alternativas de transporte sostenible.
Al animar a los ciudadanos a optar por modos de transporte sostenible, como caminar o ir en bicicleta, podemos reducir nuestras emisiones de carbono, mejorar la calidad del aire y convertir nuestras zonas urbanas en lugares más agradables en los que vivir.
El tema refleja el objetivo ambicioso de lograr un continente climáticamente neutro para el año 2050.
En este año, durante el confinamiento, hemos aprendido muchas lecciones muy valiosas acerca del medio ambiente y la movilidad sostenible. Fue probado como las tasas de contaminación atmosférica y acústica producidas por el transporte diario disminuyeron a niveles sin precedentes. Por un tiempo, los ciudadanos sobre todo de grandes ciudades, disfrutaron de un aire más limpio, pero ¿qué podemos hacer para mantenerlo en cierta medida?
Caminar e ir en bicicleta, son los modos activos y resultan cruciales para el futuro de nuestras ciudades de cualquier tamaño en toda Europa. Hace 50 años solo se hacían desplazamientos a pie o en bicicleta si no era posible permitirse un coche. Ahora, las ciudades no pueden permitirse depender de los automóviles.
Animamos a la gente a escoger modos de transporte activos o a combinar los desplazamientos a pie y en bicicleta con el transporte público. Además de la flexibilidad, caminar e ir en bicicleta ofrecen muchos otros beneficios, como la accesibilidad social y económica, la fiabilidad, la ausencia de emisiones y un
impacto positivo sobre la salud. Y lo más importante: las ciudades en las que predomina la movilidad activa se transforman